25 septiembre 2008

Esta mujer que escribe...





Esta mujer que escribe, encerrada en su propio circo de emociones, quiere regalarles un cuento de viajes, busca la vena de tus brazos para inyectar todos sus caminos y vivencias en ella.

Sé que al final del relato habremos entendido, vos y yo, algo de los insomnios que desaparecen cada vez que recorro la distancia y me convierto en una simple caminante, despojándome de disfraces, de sentimientos rutinarios y días que no suman.

De cómo me he bebido todos los atardeceres, uno a uno, de ver caer el sol en compañía, de risa sin prisa, de tiempo pegado a él como arena a la piel.

De regreso, sin fotos que agregar a un álbum, cuando el camino llora las últimas gotas de una tarde mojada ya la soledad empieza a pervertir mis pies que poseídos planean el próximo viaje.